Debate3en La antropología del diseño

  1. Daniela Vega Traslaviña says:

    Buenas tardes Verónica,

    La información que expones acerca de la llave me ha sorprendido bastante, sobretodo por el significado que en otra época tuvo. Es un objeto que siempre llevamos encima y es casi imposible olvidarnos de ella ya que si lo hiciéramos estaríamos en apuros a la hora de llegar a casa o a la hora de intentar coger el coche, dependiendo de la llave de la que estemos hablando.

    No sabía nada de la historia de este objeto, puesto que nunca me había puesto a indagar en ella y me ha parecido muy interesante. Sobretodo ha llamado mi atención, el hecho de que en el pasado se utilizara como símbolo de rendición militar, y que cuando un nació era derrotada por otra, esta entregara sus llaves en señal de aceptación de tal derrota.

  2. Maria Saavedra Vela says:

    Hola Verónica,

    Resulta muy interesante la acción de entregar una llave como símbolo de rendición militar. Creo que ese simbolismo que adoptó la llave como herramienta para acceder a algo valioso se ha mantenido hasta hoy día. Esto me lleva a reflexionar sobre cómo el concepto se ha ido adaptando según el entorno en el que se utiliza. Por ejemplo, hoy en día hemos desarrollado el concepto clave para definir un código alfanumérico que nos permite acceder a un lugar protegido, pero en el ámbito digital, sin que eso conlleve la existencia de una llave física.

     

  3. Pere Monserrat Marza says:

    ¡Buenas Verónica!

    Sinceramente, nunca me había parado un momento a pensar en el origen y la evolución de las llaves, me ha llamado muchísimo la atención ya que era algo que no había oído ni leído nunca, y hoy en día es uno de los objetos más importantes del día a día que encontramos en todo el mundo independientemente de la localización y cultura. Me ha parecido muy interesante y quería agradecerte que compartieras esta información con todas las personas que estamos estudiando esta asignatura.

    ¡Gracias y un saludo!

Debate2en El televisor

  1. Lin Castaño Martínez says:

    ¡Hola de nuevo Ainoa!

    Tu post me ha transportado a mi infancia, yo también veía el Gran Prix, y también era ese momento esperado. Ahora lo recuerdo con añoranza y cariño, aunque el formato del programa sería algo impensable hoy, jaja.

    A mí también me pasó lo de la tele, en cuanto llegó una mejor y más grande a casa, la pequeña me la delegaron a mi jaja, le di buen uso durante muchos años, y creo que todavía ronda escondida por algún rincón a modo de reliquia. Actualmente, no consumo televisión como tal, no me llama la atención nada del contenido que producen las cadenas. Lo que sí veo son películas, alguna serie y documentales en plataformas como Amazon Prime, HBO o Crunchyroll, esta última para anime, o contenido cultural, académico y variado en plataformas como YouTube.

    Quizá en este sentido la televisión, o las plataformas de entretenimiento, han dejado de ser algo que reunía a personas en algo más individual, no en todos los casos, pero quizá en una gran mayoría sí. Como comentas, Japón es un mundo muy individualista y consumista, todo se construye en base crear a seres individuales y deshumanizados, a los que no les haga falta nada más que su televisor, teléfono móvil u ordenador en el caso de los más jóvenes, o cualquier otra cosa que su sueldo les permita. Aunque en un principio, visto desde occidente, puedan parecer una gran colmena unida, visto desde cerca y observando bien, te das cuenta de que nada es más lejos de la realidad. Muchas personas viven solas, se aíslan en sus mundos y viven en constante soledad, sin apenas contacto con el mundo que les rodea. Luego no es de extrañar que se sorprendan tanto por un gesto de cariño o empatía y que no sepan reaccionar a ellos.

    En conclusión, me ha gustado tu objeto y temática elegidos, ¡Felicidades! ¡Omedetou!

    ¡Mata ne!

    L!N

  2. Merxe Risquez Buseth says:

    Hola Ainoa,

    Tu análisis me ha resultado muy interesante, ya que, has puesto de manifiesto la profunda conexión entre la televisión y la cultura. Como has destacado, la televisión ha sido un medio altamente influyente en la cultura, transmitiendo no solo información, sino también valores y significados culturales a nivel local y global.

    En mi investigación, encontré el artículo «La post-televisión: de la televisión antropológica a la sociedad digital» de Riera (2003), el cual ha resultado valioso para mi aportación.

    Riera hace un análisis del modelo antropológico de la televisión pública en Europa, que está centrado en el servicio público y orientado a la promoción de las estructuras de poder, las costumbres, las tradiciones, la lengua y la identidad, estableciendo una relación colectivizadora con los espectadores. Este modelo abarca diversos ámbitos como la educación, la información y el entretenimiento, con un papel importante en la promoción del pluralismo, especialmente en los ámbitos informativo y político, para asegurar una competencia justa.

    El autor destaca la emergente post-televisión, surgida de la digitalización, que propone una nueva manera de crear, producir, transmitir y consumir información y contenidos televisivos. Esta nueva forma plantea la desaparición del modelo actual, donde la televisión pública y privada tendrá que ser más interactiva y menos jerárquica, con una distribución de poder más equitativa en las redes de comunicación.

    En este sentido, se revaluarán las funciones que la televisión tiene en la sociedad, en tanto se coloca a los ciudadanos en el centro, dejando de construir la realidad para permitir que sean ellos, con sus necesidades y demandas, quienes propongan las bases del contenido televisivo.

    Riera, F. (2003). La posttelevisió: De la televisió antropològica a la societat digital. Quaderns del CAC, 15, 87-89. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3913018

Debate3en PEC 1 LA ANTROPOLOGÍA EN EL DISEÑO

  1. Francescj Ramos says:

    Hola Cristina,
    Te felicito por tu exposición sobre el abanico. Me ha recordado cuando de niño trasteaba los abanicos plegables de mi madre y de mi abuela. Al final terminaron rompiéndose. Me encantaba abrirlos y cerrarlos a diferentes velocidades y escuchar su sonido particular al desplegarse y plegarse, me llamaba la atención los diferentes motivos y materiales de los que estaban hechos. Todo menos darme aire con ellos. En aquella edad pensaba que era un objeto de mujeres y de niños traviesos, claro ?. También recuerdo, influenciado por los dibujos animados y por Hollywood, como los esclavos abanicaban al faraón o al marajá. Era fácil sacar la conclusión de que si te dan aire ocupas un estatus superior. Bromeábamos mucho con eso.

    En Japón es normal que un objeto pueda llegar a convertirse en un elemento ritual, pues es una cultura muy jerarquizada con valores basados en el respeto, la humildad y la lealtad. Además, es una sociedad con tradiciones profundamente arraigadas. Como curiosidad, Japón ha desarrollado unos abanicos eléctricos. En realidad son ventiladores de mano, pero cumplen su función.

    Me llamó mucho la atención el sistema de códigos y lenguaje que se generó en torno al abanico. Según se cree se originó en Japón y se utilizó especialmente en China y en España, con sus correspondientes adaptaciones. Imagino que gracias a este sistema muchos mensajes de amor, quedadas y coqueteos llegaron a buen puerto. Supe que existía el código cuando vi una serie en la TV, en la que una mujer acomodada enviaba a otra un mensaje, por medio del abanico, y la otra respondía. Me encantan los códigos, (72 79 76 65).

    Muchas veces nos resulta difícil abandonar nuestro pensamiento occidental y creemos que nuestros valores son universales. Incluso los marcianos piensan lo mismo sobre sus propios valores. Diseñar para otras culturas requiere de respeto, curiosidad, empatía, curiosidad, flexibilidad, observación y método. También tenemos que ser capaces de comunicar correctamente nuestra solución.

    Dices: “el abanico ha evolucionado y se ha adaptado según las necesidades, culturas y lugares a los que llegaba”. Una buena conclusión, pero ¿Cuánto hemos cambiado nosotros gracias al abanico?. Buen trabajo.

    Saludos,
    Francescj.

  2. Cristina de Luque Jimenez says:

    Genial tu propuesta Cristina.

    Yo, como sevillana, utilizo muchísimo el abanico ya que es un accesorio tradional sobre todo en la Feria de Abril, junto al traje de flamenca y la flor/peineta. Como imagino que sabéis, lo utilizamos como complemento pero sobre todo para «refrescarnos» y así combatir el caor.

    Antes (ahora lo vemos menos gracias a los ventiladores de las casetas) se utilizaban sobre todo para dar aire a las personas que bailan sevillana, sea hombres que mujeres además de ser un pequeño «ritual de cortejo».

    Forma parte de la tradición y cultura andaluza y es algo muy importante para nosotros. Nos encanta aquellos hechos a mano y mostrarlos a todos como objeto de grande valor y orgullo.

    Tengo muchas ganas de viajar a casa y bailar con mi abanico, estando lejos se añora mas.

    ¡Muchas gracias por compartir!

    Cristina

  3. Francisco Javier Mariscal Montes says:

    Hola Cristina

    Menuda sorpresa me llevé cuando vi que alguien había elegido el mismo objeto que yo, solo que, como habías sido más rápida que yo, decidí no leer tu folio hasta no acabar mi desarrollo, que tenía a medias, para no verme influenciado. Aún así, veo que hemos coincidido en una única fotografía, pero el desarrollo es totalmente diferente, lo que sirve para enriquecer el contenido entre ambos.

    En tu caso, realizas una exposición histórica detallada del abanico por otros países y culturas, mientras que en mi caso he decidido centrarme más en la que me toca de cerca, que uno de los motivos por los que lo he elegido como objeto, junto con el apego por tradición familiar.

    Sin duda, algo que define el sentido antropológico del abanico en su diseño es el lenguaje propio que se le ha atribuido, pues ambos hemos destacado este asunto en nuestras exposiciones.

    La fuerza que tiene este objeto como símbolo es incuestionable, tal y como recoges en tus líneas, llegando a formar parte de la cultura, entendida en su sentido humanista, en diversas obras, en el caso de España, desde el siglo XVIII hasta hoy en día. Se le vincula a disciplinas de arraigo como el flamenco o la danza clásica y sirve como complemento, ya no solo de mujer, sino para cualquier género.

    Estoy convencido de que en multitud de ocasiones, llevar un abanico en la mano imprime un aire de seguridad que hace pensar en el sentido antropológico que conlleva su uso. ¿Estas de acuerdo conmigo en que un abanico te da poder y te empuja socialmente a ponerte el mundo por sombrero?

    Enhorabuena por tu trabajo.

    Un saludo.

    Francisco Javier Mariscal Montes
    fmariscalm@uoc.edu